Foto original en blanco y negro de Arnold Genthe, 1915 (Biblioteca del Congreso).

En el centro de la toma aparece una bailarina relacionada con el grupo de Isadora Duncan. Angela Isadora Duncan (1878-1927), bailarina y coreógrafa de origen americano, fue para muchos la creadora de la danza moderna. Se inició en el baile en la escuela fundada por su madre en Oakland en 1884.

Se trasladó a Europa a comienzos del siglo XX y desarrolló un estilo de baile que chocó fuertemente con los usos de la danza clásica. Era un momento de cuestionamiento de los valores clásicos, y su trabajo se alineó con las ideas del Expresionismo surgido en Alemania a principios del siglo XX. Isadora Duncan bailaba descalza, sin maquillaje, con el pelo suelto, con túnicas muy vaporosas y puestas en escena muy diferentes a las de la danza clásica del momento.

Isadora había perdido a su padre en 1898 en el naufragio del SS Mohegan frente a la costa de Cornualles, también sus dos hijos, que se ahogaron en el Sena tras un accidente de coche en 1913. Su matrimonio con el poeta ruso Serguei Esenin acabó mal. Estos sucesos de dolor y muerte fueron reflejados de alguna manera en la temática de sus danzas.

En el cine su figura fue interpretada por Vanessa Redgrave en la película de 1968, Isadora, dirigida por el checo Karel Reisz.

El atractivo de esta fotografía se sitúa rápidamente en el recorte de la figura de la bailarina sobre el fondo, la luz cruzada que resalta la forma de las ramas del primer plano y la posibilidad de interpretar todos los matices verdes de la toma. Lo último fue “vestir” a la bailarina, y la elección del tono de su túnica, totalmente creativa, la hice tras documentar los colores de moda en ese primer tercio del siglo XX. Esta composición constituye un verdadero icono de la fotografía.